La vida sedentaria y la mala alimentación pueden hacer que nuestras piernas sufran las consecuencias. La mala circulación es molesta, en el mejor de los casos solo te incomoda y en el peor, las várices se hacen presentes.
Nuestras pobres piernas sufren el precio del descuido. ¿Te has puesto a pensar en todo lo que hacen por ti y en qué estado las tienes últimamente? El sedentarismo es algo que hace que nuestras piernas comiencen a sufrir molestias por tanto tiempo de estar sentadas. El problema puede ir avanzando, y de la presencia de arañitas puede llegar a las venas varicosas.
Las complicaciones de la mala circulación
Las molestias en las piernas empiezan como entumecimiento, sensación de hormigueo y algunas veces dolor. Estas constantes incomodidades se dan porque tu cuerpo intenta avisarte que ha pasado demasiado tiempo en la misma posición, la sangre de tus piernas necesita fluir. Definitivamente, estar sentada no es la postura más beneficiosa para una adecuada circulación. Entonces, a partir de esta condición pueden surgir las temidas várices.
Las várices son venas dilatas que en su interior guardan sangre estancada. Estas complicaciones se presentan debido a causas genéticas y hormonales y son más frecuentes en mujeres que en hombres. Hay algunas cosas que vuelven más propensas a las mujeres a contraerlas: el embarazo, la obesidad, la mala alimentación y los malos hábitos (sedentarismo, falta de ejercicio). Es decir todas aquellas actividades que impiden una buena circulación.
¿Cómo nos deshacemos de la mala circulación?
- Haz algo de ejercicio: Estar tanto tiempo sentada hace que tus piernas no tengan un buen retorno de sangre. Sal a caminar por lo menos 30 minutos, pasea en bicicleta o realiza ejercicio en casa. Solo necesitas 15 minutos de ejercicio de alta intensidad para empezar a lograr tus objetivos.
- Levanta las piernas: Si sientes tus extremidades demasiado pesadas, puedes ayudar un poco a tu circulación. Eleva tus piernas a 90º apoyándolas en una pared. Permanece así unos cuantos minutos para ayudar a tu circulación a normalizarse.
- Un automasaje: Después de bañarte, toma un poco de crema humectante y masajea tus piernas para estimular tu circulación.
- Evita la ropa ajustada: No la lleves tan a menudo, alterna un poco los pantalones ajustados por una buena falda, deja que tus piernas descansen de su prisión.