Los labios secos y agrietados no son nada favorables y tienden a secarse a la hora de correr. ¿A ti te pasa? De seguro sí. Y se debe a que inconscientemente hacemos algunas cosas que dañan nuestros labios. Por ejemplo: morderlos o respirar por la boca entre otras cosas. Así que si te preguntas por qué sucede esto, aquí tienes la respuesta.
Deshidratación
La deshidratación es una de las principales causas de los labios secos. Y es que al correr estas perdiendo líquidos mediante el sudor. Es muy importante planificar el consumo de agua durante todo el día, incluida en tu rutina de entrenamiento. Recuerda que el clima es otro factor que puede estar deshidratando tu cuerpo. Así que sin importar qué estación del año sea, ¡toma agua!
Respiras mal
¿Cuantas veces has respirado por la boca al correr? Es una acción normal que hace el ser humano al sentirse cansado mientras corra y por eso tus labios se secan. Suele ser más cansado si respiras excesivamente por la boca. Tienes que aprender a respirar por la nariz mientras corres para evitar los labios secos. Otra de las desventajas es el famoso “dolor de caballo” que se produce porque tus intestinos y estómago se llenan de aire en exceso.
Factores naturales
Polvo, contaminación, frío y los rayos solares son los factores naturales que tienden a dañar tu cuerpo día a día. Sin embargo, estamos expuestos a ellos a diario. Es una razón por la que existen tantas cremas faciales como corporales para proteger a tu cuerpo. Y así como lo haces con tu rostro y piernas también deberías prestarle más atención a tus labios. Utiliza un bálsamo labial para prevenir los labios secos y agrietados todos los días. Ya no sentirás esa terrible sensación durante tu hora de comida o la hora de correr.
Los lames o los muerde
Dime si no es mentira que lames o muerdes tus labios con mucha frecuencia. Hay veces en que los nervios se apoderan de ti y hace que juegues un poco con tus labios. Ese poco multiplicado por todas las veces que lo has hecho le está haciendo un daño más grande tus labios. Incluso puede llegar un punto en que tus labios se partan por chuparlos o lamerlos.