Los momentos de tristeza para la mayoría de las personas en el mundo son eso, momentos en los que el ánimo está bajo. Sin embargo, para los latinos resultan ser algo completamente distinto, pues aún en las ocasiones difíciles tratan de ver todo de manera positiva.
Los momentos de tristeza en la vida de los latinos
Si algo caracteriza a los latinos es el modo en que reaccionan ante ciertas circunstancias de la vida. Somos considerados el alma de la fiesta. La música que nos caracteriza es movida y romántica. Los eventos que tenemos siempre están llenos de color y deliciosos alimentos. Además, siempre estamos contentos, tratando de disfrutar el momento, sin preocuparnos por nada más.
Hacemos canciones
Si eres latina, estarás ya familiarizada con la música originaria de esta parte del planeta. La música es rítmica y siempre que la escuches querrás bailar. Sin embargo, en los momentos de tristeza también escuchamos canciones que sirven para amenizar. La cuestión es que las canciones en algunas ocasiones son de desamor, pero la mayoría son en son de “burla” ante esos momentos.
Festejamos a la muerte
En vez de tomar la muerte como algo malo, festejamos y celebramos como nadie más. Se hacen versos y canciones a la muerte, a pesar de saber que en algún momento llegaremos a esa situación. Disfrazamos a la calavera y la convertimos en la estrella de la celebración.
Apoyamos en las desgracias
A pesar de tener a veces un sentido del humor muy sarcástico, cuando es una verdadera desgracia apoyamos al prójimo. No dudamos en hacer lo que sea necesario con tal de estar con otros en sus desgracias. Ya sea un temblor, un derrumbe o una explosión, siempre apoyamos a los demás.
Los velorios son una fiesta más
Cuando un familiar muere, además de hacer un velorio en su honor, hacemos fiesta. Fiesta por él, por lo que fue y significó su vida. A diferencia de los demás, nos esmeramos en dar la atención adecuada a los invitados. También preparamos alimentos para compartir con la gente que los acompaña. El tequila, mezcal o pulque tampoco pueden hacer falta, pues sirven para amenizar el momento.
Hacemos amena la desgracia ajena
Si un amigo tiene un accidente, primero nos burlamos antes de ayudarlo. Así reaccionamos ante todo lo que nos rodea. Siempre tratamos de amenizar todas las situaciones por muy graves que sean.
Cualquier motivo es bueno para festejar
Siempre habrá un buen motivo para hacer fiesta, incluso las reuniones en las que no se planea terminan siendo festejos.