Cómo vivir en pareja y no morir en el intento

La decisión de vivir con tu pareja, desde mi punto de vista, fomenta un gran vínculo entre ambos o de plano, la separación. Varias de mis amigas decidieron casarse antes de vivir con su pareja. ¡Error! Al conocer a su esposo en un ambiente más íntimo, resultó que el príncipe azul no era tan maravilloso. Es muy diferente vivir cada quien en su propio espacio. Si surge una pelea regresas a tu casa y él se va a la suya, pero al vivir juntos es absurdo que te metas al baño y el otro al cuarto. ¿No crees? Luego de casi cuatro años de estar con mi novio, me pidió que viviéramos juntos. La verdad es que al principio, sin pensarlo dije “sí”. Luego con más calma, ya que la emoción pasó, analicé todo lo que podría salir mal. Les cuento que ya casi cumplimos dos años de vivir juntos. Aquí mis secretos.

Evita imponerte

El primero consejo que puedo darles es que vayan con la mente abierta. No lleguen a imponer cómo hacer las cosas. Cada uno tiene su propia forma de hacer las actividades de la casa, de preparar los alimentos o lavar los trastes. Un error que no debes cometer, siguiendo con el ejemplo de los platos, es que si a él te toca lavarlos y como no lo hace como a ti te gusta, vuelves a lavarlos. Explícale que tu lavas primero los vasos y luego los platos para evitar que huelan mal. Tal vez se le facilite más. Al final el resultado es el que importa, y si los lava como está colocados en la lavabo está bien. El chiste es que se haga la tarea.

Llegar a acuerdos

Aunque suene a lugar común, la comunicación y los acuerdos son la clave para vivir en pareja. Al principio, debo confesarlo, dejé pasar muchas cosas. Algunas insignificantes, pero molestan. Por ejemplo, no mencionar los aspectos con los que no estaba de acuerdo. Como el hecho de que él no colocara el papel de baño dentro del despachador, sino que lo dejaba encima. Luego de un tiempo, con mucho respeto y muy tranquila le mencioné que por favor pusiera el papel de baño correctamente. Para él no era gran cosa dejarlo así; sin embargo, llegamos al acuerdo que quien termine el papel tiene la obligación de poner un nuevo, y en el lugar que le corresponde. Incluso, estos acuerdos deben tomarse con respecto al pago de servicios. Tú no pagues todo, pero él tampoco tiene que hacerlo. Lo mejor acordar qué paga cada uno o turnarse.

Deja fuera a tus papás

Una relación es de dos. Mi experiencia me dice que cuando un tercero interviene, siempre termina mal el asunto. Los problemas de pareja tus padres no lo deben saber, o al menos no con lujo de detalle.  Este punto es importante porque así la actitud de tus padres hacia él no cambiará. Podría suceder que tu ya hayas subsanado el conflicto con él, pero tal vez tu mamá no lo disculpe aún. Evita que las próximas reuniones sean incómodas.

Dime qué hiciste para vivir con tu pareja.